viernes, 27 de septiembre de 2013

UN BUEN MAESTRO ENSEÑA A...

Con el paso de los años he llegado a la conclusión de que educamos a nuestros alumnos siguiendo normas que no siempre son razonables. Las encuentro demasiado limitadas y capaces de matar su creatividad. Si nuestros alumnos son diferentes, así debería ser nuestra forma de educarlos y enseñarles. Tenemos que permitir a nuestros alumnos soñar,  salirse de los límites, explorar nuevas posibilidades, asumir retos, perderse, hacer castillos en el aire, volar con su imaginación...
Decía Einsten: "Si sigues haciendo lo mismo que hacías, seguirás obteniendo los mismos resultados. Esperar obtener algo diferente haciendo lo mismo no es una solución adecuada." ¡Cuánta razón! ¿Verdad?
El problema de la falta de creatividad radica en la nula decisión de nuestros actos y en no responsabilizarnos de ellos. Hay tantas y tantas cosas que se deciden según unos criterios que nuestros alumnos se convierten en un mar de dudas. Debemos enseñarles a ser responsables respecto a lo que van a hacer y cómo lo harán. Si solo les damos una elección, no serán libres, pero si les damos al menos dos, les crearemos un conflicto, un diálogo interior y ahí empieza todo. Tienen que aprender a responsabilizarse de sus decisiones para sentirse libres y dotar su día a día de creatividad.
¿Cómo podemos conseguir todo esto? Teniendo en cuenta cinco premisas básicas que todo maestro debería decir a sus alumnos:
1. Para solucionar un problema o llegar a una meta hay muchos caminos. ¡Tú los debes elegir! No tengas miedo a equivocarte y si lo haces, recuerda que tienes la opción de seguir aprendiendo.
2. Tan importante como llegar a la meta es el propio camino. ¡Disfruta de él!
3. Sé valiente, atrévete, sueña y recuerda que el error forma parte del éxito.
4. ¡Piérdete! De esta manera encontrarás otros caminos que te llevarán a vivir emocionantes aventuras.
5. Lo más importante de todo es ser feliz, no perfecto. ¡No te agobies! Tendrás malos momentos, pero nunca tendrás una mala vida.