martes, 18 de julio de 2017

LOS MAESTROS SOMOS CONSTRUCTORES DE PUENTES

Siempre he creído en la necesidad de construir puentes que nos ayuden a avanzar y a superar las distancias; puentes diferentes como las personas que los construyen; puentes de cimientos firmes y profundos; puentes emocionales, familiares y sociales. Pero... ¿que nos impulsa y permite construir puentes? Una sola cosa, la confianza. Existen muchos verbos que pueden transformar la educación y el mundo. Sin duda, dos de ellos son creer y confiar. Cuanta más confianza mostramos, más recibimos a cambio.

Hablo en todo momento de puentes analógicos, de los de verdad, de aquellos que nos permiten potenciar los vínculos de la comunidad educativa para conseguir el desarrollo personal y social de cada alumno. Hablo de puentes por los que uno puede pasear, abrazar con los ojos y mirar con el corazón. Puentes afectivos, puentes efectivos.

Los puentes unen, educar es unir: unir el corazón con la cabeza, la teoría con la práctica, la escuela con el entorno y las familias, la enseñanza con el aprendizaje, el unirse con uno mismo para poder hacerlo con los demás.

Que importante es ese uniRSE y que importante es empezar a construir puentes enseñando a nuestros alumnos el "RSE+": a escuchaRSE, a quereRSE, a comprendeRSE, a valoraRSE, a motivaRSE, a hablaRSE, a perdonaRSE, a buscaRSE, a reiniciaRSE, a encontraRSE, a escribiRSE, a leeRSE, a sentiRSE, a reseteaRSE...

En tiempos de muros, ¡construyamos puentes!