Este post lo he escrito escuchando esta canción. Os recomiendo dadle al "play" y leerlo.
Es evidente que no existe mejor manera de no estar en ningún sitio que intentando hacer y estar en todos. En educación, correr no es siempre la mejor forma de actuar. Existen ciertas cosas que no podemos ni deberíamos acelerar, que requieren tiempo y que si las aceleramos el precio a pagar es altísimo.
Creo que sería más interesante y mucho mejor hacer menos y disponer del tiempo necesario para sacar el mayor provecho posible a cada experiencia, a cada momento, a cada contenido o cada actividad. Los niños tienen su propio ritmo de aprendizaje y los estamos contagiando con el virus adulto del apresuramiento. Un virus realmente peligroso que les acorta la infancia, los presiona para que imiten las costumbres adultas y los obsesiona con la velocidad.
Educar al estilo "correcaminos" es tan nutritivo como engullir bollería industrial, por eso debemos guisar a fuego lento, permitiéndonos y permitiéndoles disponer de tiempo:
*Tiempo para explorar con profundidad.
*Tiempo para establecer relaciones significativas que nos permitan alcanzar aprendizajes significativos.
*Tiempo para ensanchar la mente.
*Tiempo para estimular la creatividad.
*Tiempo para respetar la singularidad de cada persona.
*Tiempo para iluminar inteligencias y talentos.
*Tiempo para hacer desde el corazón.
*Tiempo para enseñar, por supuesto, pero sobre todo tiempo para educar. Porque en un mundo que en muchas ocasiones deseduca, familia y escuela no pueden permitirse el lujo de no hacerlo.
*Tiempo para soñar juntos lo mejor de cada alumno y de nosotros mismos.
*Tiempo para acabar con uno de los principales motivos por los que fracasa nuestro sistema educativo, que no es otro que querer adelantar la hora de los éxitos.
*Tiempo para pasar de ser centros educativos que buscan singularizarse a conseguir singularizar nuestro sistema educativo.
*Tiempo para incentivar la iniciativa.
*Tiempo para tener tiempo para enseñar las cosas más importantes de la vida.
*Tiempo para estar despiertos cuando llegue la hora de hacer realidad los sueños.
*Tiempo para para confiar, para escuchar...
*Tiempo para preparar bien la asignatura de la que más aprenden los alumnos, nuestro ejemplo.
*Tiempo para dar alas.
*T i e m p o.
Guisando a fuego lento aumentamos la riqueza y el sabor de la comida, y lo que la educación precisa es más riqueza y más sabor. No es necesario conocerlo todo, pero sí que es muy necesario profundizar en algunos "algos" trascendentes e importantes para el devenir de la educación.
Educar al estilo "correcaminos" es tan nutritivo como engullir bollería industrial, por eso debemos guisar a fuego lento, permitiéndonos y permitiéndoles disponer de tiempo:
*Tiempo para explorar con profundidad.
*Tiempo para establecer relaciones significativas que nos permitan alcanzar aprendizajes significativos.
*Tiempo para ensanchar la mente.
*Tiempo para estimular la creatividad.
*Tiempo para respetar la singularidad de cada persona.
*Tiempo para iluminar inteligencias y talentos.
*Tiempo para hacer desde el corazón.
*Tiempo para enseñar, por supuesto, pero sobre todo tiempo para educar. Porque en un mundo que en muchas ocasiones deseduca, familia y escuela no pueden permitirse el lujo de no hacerlo.
*Tiempo para soñar juntos lo mejor de cada alumno y de nosotros mismos.
*Tiempo para acabar con uno de los principales motivos por los que fracasa nuestro sistema educativo, que no es otro que querer adelantar la hora de los éxitos.
*Tiempo para pasar de ser centros educativos que buscan singularizarse a conseguir singularizar nuestro sistema educativo.
*Tiempo para incentivar la iniciativa.
*Tiempo para tener tiempo para enseñar las cosas más importantes de la vida.
*Tiempo para estar despiertos cuando llegue la hora de hacer realidad los sueños.
*Tiempo para para confiar, para escuchar...
*Tiempo para preparar bien la asignatura de la que más aprenden los alumnos, nuestro ejemplo.
*Tiempo para dar alas.
*T i e m p o.
Guisando a fuego lento aumentamos la riqueza y el sabor de la comida, y lo que la educación precisa es más riqueza y más sabor. No es necesario conocerlo todo, pero sí que es muy necesario profundizar en algunos "algos" trascendentes e importantes para el devenir de la educación.
Para todo hay un momento y un lugar. Todo tiene su tiempo natural.
Esta es una idea que día a día ronda por mi cabeza y que me ayuda a ser paciente, saber esperar y entender que es más importante escuchar a los alumnos que enseñarles mil lecciones.
Creo que en educación el amor es el principio pedagógico esencial y el amor, no entiende de relojes. El Amor entiende de Ayuda, de Apoyo, de Acompañamiento, de Asombro, de Alegría, de Aceptación, de Ánimo... Y resulta que todas estas palabras que empiezan por la letra A necesitan tiempo, un tiempo natural que no podemos arrebatar a nuestros alumnos.
Guisad a fuego lento. Lentamente es la mejor forma de llegar allí donde queremos y debemos estar.