Los maestros somos talladores. Si "tallamos" de manera adecuada, nuestros "diamantes" brillarán para siempre. Serán capaces de decidir sus caminos, de aprender de sus errores, de tolerar y reconocer dificultades, de soñar y conseguir grandes sueños, de darse nuevas oportunidades cuando fracasen, de escuchar y ponerse en el lugar de los demás...
¿Cómo podemos los maestros contribuir para que nuestros alumnos brillen para siempre?
- No bombardeándolos con información que no sea aplicable a la vida.
- Enseñándoles a leer (palabras, sentimientos, emociones, situaciones...) para que puedan disfrutar del gran libro de la vida.
- Valorando las cualidades de cada uno y respetando las diferencias.
- Percibiendo lo invisible en sus miradas.
Al final todos brillarán, tarde o temprano, todos brillan, solo hay que tener fe y saber ver un diamante donde, a simple vista, solo se ve una piedra.