miércoles, 6 de marzo de 2013

INTENTANDO SER...

Día a día aprendo algo nuevo de mis alumnos que me hace plantearme qué es ser un buen maestro. Más allá de la metodología he llegado a la conclusión de que lo realmente importante es tener sensibilidad. La sensibilidad nos permite lograr que nuestros alumnos viajen, reflexionen sobre la vida, caminen por su interior, salgan de su zona de confort. La sensibilidad nos permite acoger y comprender a todos. La sensibilidad nos ayuda a mirar la educación desde distintos ángulos. La sensibilidad nos hace insustituibles porque nunca podrá ser enseñada por las máquinas y sí por los seres humanos.