miércoles, 30 de septiembre de 2015

EL TIEMPO EN LA ESCUELA

Para todo hay un momento y un lugar. Todo tiene su tiempo natural. 

Esta es una idea que día a día ronda por mi cabeza y que me permite ser paciente, saber esperar y entender que es más importante escuchar a los alumnos que enseñarles mil lecciones.

Creo que en educación el amor es el principio pedagógico esencial y el amor, no entiende de relojes. El Amor entiende de Ayuda, de Apoyo, de Acompañamiento, de Asombro, de Alegría, de Aceptación, de Ánimo... Y resulta que todas estas palabras que empiezan por la letra A necesitan  tiempo, un tiempo natural que, en ocasiones, es difícil de encontrar en la escuela por unos u otros motivos que todos conocemos.

Los maestros tenemos que creer en nuestros alumnos, aceptarlos y valorarlos como son, con sus talentos, con sus carencias, con sus sueños, con sus miedos, con sus ilusiones y con sus problemas. 

No dar este tiempo nos lleva a hacer y obtener un listado de cosas que nunca deberían asociarse con la educación: caras largas, palabras ofensivas y desmotivadoras, amenazas, gritos,  castigos, ejercicios tediosos y aburridos, memorizaciones sin comprensión, aprendizajes desconectados de la vida que solo sirven para continuar en la escuela y que por ello se olvidan rápidamente, etc.

La educación necesita tiempo, tiempo para conjugar muchos verbos:

Querer,  escuchar, hacer, observar, aprender, elogiar, conocer, valorar, jugar, reír, trabajar, sentir, soñar, discurrir, volar, vivir, conversar, descansar, investigar, disfrutar, empatizar, respetar, explorar, animar, reflexionar, ser, imaginar, saber, acompañar, agradecer, crear, crecer, confiar,  asombrar, apreciar, saborear, buscar, encontrar, amar y emocionar.

¡Gracias por tu tiempo!

Podéis descargar la infografía en PDF en el siguiente enlace El tiempo  en la escuela